Voy a tratar de crear nuevas entradas más cortas y frecuentes.
De verdad de la buena, de la que llena.
En estos primeros escritos haré un poquito de memoria reciente, pero aseguro que en lo sucesivo se hablará, y mucho, de los planes de acoso y derribo que tiene Crimentales.
Explicaré la razón del título.
Hace un tiempo, dejé la música durante un período largo. Por h o por b, llámalo falta de tiempo, otras motivaciones, falta de interés o simplemente a causa el destino, me olvidé casi por completo de esa prolongación de mi cuerpo que es mi bajo MxUxSxIxCxMxAxN. Él me miraba con tristeza, me suplicaba, se ponía a veces hasta celoso de mí.... Yo, ajeno a todo su sufrimiento, seguía ignorándole día tras día, semanas que pronto se convirtieron en meses hasta llegar casi a contar mi desplante por anualidades.
Nunca me lo tuvo en cuenta. Un instrumento musical, así como la MÚSICA en sí misma, no es rencorosa, jamás te guardará un mínimo recelo. La música suma, engrandece, jamás reprocha, ni discute ni resta. Siempre está ahí para elevarte, sacarte del más oscuro de los pozos o devolverte a la vida. Hasta incluso puede hundirte, si así lo deseas.
Me sentí muy bien cuando volví a la música. Como dije, ya contaré más adelante la historia de AQUELLA LLAMADA, pero para ser justos y necesarios, las primeras personas que me llamaron para retomar mi alter-ego rockero fueron Larry, guitarrista y cantante de SHINING CRANE y SAM con idéntica demarcación en RADIOACTIVOS.
Ellos se acordaron de mí cuando estaba en la sombra, me necesitaban en sus proyectos, al músico pero también, quiero pensar, a la persona. Por eso, desde aquí, mi más sincero agradecimiento y homenaje, aunque finalmente la colaboración con el segundo no tuviera lugar, por motivos coyunturales.
En cierta medida, gracias a ellos, con sus continuas consignas para que no dejara la música, esa que jamás te traiciona, sirvieron para que ahora yo está aquí, preparando más material para Crimentales y vaciándome en estas líneas.
Así que, como ya detecto que me estoy poniendo tontito, os aderezo la entrada con dos buenas instantáneas de los ínclitos.
Que las disfrutéis.